¿TU HOGAR ES UN LUGAR SALUDABLE?

GEOBIOLOGÍA

¿Qué es?

La geobiología es la ciencia que estudia la interacción entre la Tierra y los seres vivos y como esta interacción afecta a la salud y la regeneración celular. Este estudio abarca desde la contaminación eléctrica y electromagnética, hasta los campos generados de manera natural o artificial.

A lo largo de los siglos, la humanidad ha comprendido la influencia del magnetismo terrestre en la salud, logrando identificar zonas geopatógenas y elegir los lugares más saludables para vivir y descansar. Sin embargo, estos conocimientos ancestrales se han ido dejando atrás con el avance de la civilización moderna.

Historia Personal

Cuando me diagnosticaron cáncer, no tenía ni idea de lo que era la geobiología. Lo escuché por primera vez poco después y mi primera reacción fue escepticismo total. No será para tanto. ¿Que el sitio donde duermo puede estar afectando mi salud? Me sonaba a disparate.

Pero no lo ignoré. Algo dentro de mí me decía que tenía que probar.

No fue inmediato. No fue magia. Llevaba años arrastrando agotamiento, ciclos de sueño alterado, síntomas que ya daba por normales. Pero, en pocos meses empecé a notar la diferencia. Dormía mejor. Mi cuerpo no estaba en guerra constante. Mi energía volvía.

Ahí fue cuando me cayó la ficha. Algo estaba pasando. Y cuando algo así te sacude, no puedes mirar para otro lado.

Así empezó mi camino, y ahora no son solo cifras de casos documentados. Me baso en mi propia historia y en todos los estudios que he realizado.

Los datos son claros:
📌
En promedio, el 15% de la superficie de cada casa presenta zonas geopáticas perjudiciales. El problema real es si esa alteración coincide con el lugar donde duermes o trabajas.

📌    Al 75% de las personas les acaba afectando si duermen o trabajan en una zona geopatógena o con alteraciones electromagnéticas elevadas.

📌 Investigaciones de la Universidad de Colorado han encontrado una alta correlación entre la leucemia y la proximidad a líneas de alta tensión, especialmente en un radio de 40 metros.

📌Trastornos nerviosos, agotamiento, irritabilidad, insomnio, depresión y pesadez mental son síntomas comunes en quienes viven expuestos a fuertes campos electromagnéticos.

📌 Si hay una exposición prolongada a radiaciones electromagnéticas alteradas, el sistema inmunológico, nervioso, endocrino y hormonal se ven afectados. Algunas personas lo notan antes, otras más tarde, pero el daño se acumula con los años.

📌 La OMS clasificó en 2011 los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como posibles cancerígenos (Grupo 2B), reconociendo oficialmente un riesgo potencial para la salud humana derivado del uso continuado de tecnologías inalámbricas (wifi, teléfonos móviles, antenas).

📌 Dormir sobre zonas geopáticas puede reducir hasta un 50% la producción nocturna de melatonina, hormona esencial para reparar células, regular el sistema inmunológico y proteger contra procesos tumorales.

📌    Käthe Bachler, pedagoga austriaca, analizó más de 10.000 casos durante 30 años, encontrando una correlación muy alta entre enfermedades graves, incluido el cáncer, y la exposición a zonas geopatógenas. También demostró una relación significativa, del 95% en un estudio realizado a 3.500 niños con retrasos escolares, problemas de concentración y bajo rendimiento, ya que estaban expuestos a áreas afectadas.

📌    Desde 1932, el Dr. Ernst Hartmann identificó redes magnéticas terrestres naturales (red Hartmann) cuya interacción con campos eléctricos artificiales puede generar estrés geopático, aumentando el riesgo de enfermedades degenerativas y trastornos nerviosos.

📌 La exposición constante a campos electromagnéticos artificiales está asociada a la producción excesiva de radicales libres, generando estrés oxidativo e inflamación crónica, considerados factores desencadenantes de numerosas enfermedades actuales.

¿Qué se altera?

La glándula pineal, ubicada en el cerebro, es una glándula pequeña y sensible que desempeña un papel fundamental en la regulación del sueño mediante la producción de melatonina. Esta glándula es altamente electro sensible y fotosensible, y se ve alterada en presencia de campos electromagnéticos elevados, lo que dificulta la producción de melatonina y esta hormona es crucial para tener un sueño reparador.

Las radiaciones electromagnéticas pueden ser de origen natural o artificial, y sus efectos en el descanso pueden ser identificados con distintos métodos: los campos artificiales mediante aparatos profesionales de medición y los naturales, como las geopatías del subsuelo, a través del arte ancestral zahorí o radioestesia, usando varillas, péndulos o kinesología.

Radiaciones de procedencia artificial:

Los campos electromagnéticos artificiales incluyen diversas fuentes, que afectan nuestra salud de manera distinta:

  • Ondas de alta frecuencia: Telefonía móvil, Wi-Fi, redes 4G y 5G, radares, microondas, y sistemas de radiotelecomunicaciones.

  • Ondas de baja frecuencia: Transformadores, estaciones transformadoras, líneas de alta tensión, camas eléctricas, entre otros dispositivos.

Radiaciones de procedencia natural:

Radiaciones de procedencia natural:

Los campos electromagnéticos de origen natural pueden surgir de las llamadas geopatías, alteraciones provenientes del subsuelo. Corrientes de agua subterránea que, en función de su profundidad, fricción o cruce con líneas geobiológicas como las de Harman y Curry, generan campos electromagnéticos que pueden interferir en la calidad del sueño y la regeneración celular óptima. El término “geopatía” proviene de “geo” (tierra) y “patía” (enfermedad), describiendo cómo ciertos fenómenos naturales del suelo pueden influir negativamente en la salud humana.

Para identificar estas alteraciones, existe un arte ancestral conocido como zahorí o radiestesia, practicado mediante el uso de varillas, péndulos o kinesología. Este método se basa en la capacidad del cuerpo humano para “resentir” cambios electromagnéticos en el entorno. Nuestro sistema nervioso es electrosensible y el campo electromagnético del corazón, que tiene un alcance considerable, permite que el cuerpo se conecte con estos campos. La glándula pineal, sensible al electromagnetismo, puede actuar como un “sensor” que nos ayuda a identificar alteraciones en el ambiente que pueden estar afectando nuestra salud y descanso.

La práctica de la radioestesia, o arte zahorí, tiene una historia de más de 15,000 años, con evidencia en pinturas rupestres en Sudáfrica donde aparecen figuras humanas utilizando varillas. Este arte se ha utilizado a lo largo de la historia como un medio para detectar energías de la Tierra.

Estudios universitarios

En Rusia, la radiestesia es parte de los estudios universitarios desde 1973, habiendo sido aprobada por el Ministerio de Enseñanza Superior de la Unión Soviética bajo el nombre de “biolocalización”. Esto se basó en investigaciones realizadas entre 1967 y 1973, que tras 1,491 perforaciones, se alcanzó alrededor de un 90% de éxito en la identificación de recursos naturales, mediante este método.

Conclusión

Tu cuerpo ya sabe lo que tu mente ignora.  Asegúrate de estar viviendo en un  espacio saludable y si no lo es, corregirlo antes de que nos dañe a nosotros o a alguno de nuestros seres queridos. Afortunadamente, cada vez hay más conocimiento y demanda en este ámbito. Os animo a difundir esta información para que más personas tomen conciencia sobre la geobiología y sus efectos en la salud.